La industria de la iluminación es un sector en continua transición. Desde la invención de la iluminación convencional, se han ido sucediendo innovaciones que han hecho que el sector esté evolucionando constantemente, acercándonos a un futuro que cada vez está más próximo. En este sentido, en los últimos años, es cuando más avances se han experimentado.
A medida que se han ido desarrollando las nuevas tecnologías, estas se han ido abriendo paso en los distintos ámbitos de nuestra vida. Actualmente, la conectividad entendida de forma general como la capacidad de intercambiar información y relacionar dispositivos de forma inalámbrica, es uno de los avances más extendidos en la sociedad. Así pues, es fácil darse cuenta de la presencia de la conectividad en el día a día de las personas.
En el mundo de la iluminación, es a partir del 2012 cuando la conectividad empieza a ganar una mayor presencia. Ya no solo a nivel usuario final, sino también a nivel empresarial. A través del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) se facilita la gestión inalámbrica de los activos de iluminación, así como la obtención de información que permita optimizar el uso de la energía y los planes de iluminación, entre otras ventajas.